lunes, 27 de noviembre de 2006
EL SUEÑO DE COLERIGDE
Entre otros sueños, Borges gusta repetir aquel de Coleridge, que atravesaba el Paraíso, en sueños, y en él encontraba una flor, y, al despertar, tenía esta flor en sus manos. Coleridge se preguntaba: ¿entonces qué? Si alguien, algún día, sale, de la virtualdad, este espacio que compartimos como fantasmas, con una flor en las manos, me pregunto, les pregunto: ¿entonces, qué?
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